viernes, 2 de noviembre de 2012

FUEGO GRIEGO

Durante mil años el Imperio se defendió del acecho de los pueblos que llegaban de Europa como ávaros, búlgaros o eslavos. También se mantuvo una larga guerra contra los persas, que debilitó a ambos imperios. Esta situación fue aprovechada por los árabes que en la 1º mitad del s.VII, que acaban con el Imperio Persa. Sin embargo el Imperio Bizantino resistió el ataque, aunque los árabes consiguieron ocupar las provincias más ricas del Imperio: Egipto, Palestina y Siria. Poco a poco el Imperio fue reducido a las tierras más pobres, que eran agrícolas y ganaderas, con la artesanía y el comercio poco desarrollados. El único centro comercial y artesanal era la capital Constantinopla. Los árabes sitiaron en varias ocasiones Constantinopla, pero pudieron defenderse gracias a su defensa y armas como el fuego griego, un arma secreta bizantina fabricada a partir de petróleo y cal viva, que provocaba un fuego que se avivaba al intentar ser apagado con agua (observar imagen)