Estos mosaicos están hechos con pequeñas piedrecitas de colores o teselas, empleando las habituales técnicas romanas del Opus Tessellatum (teselas cúbicas e iguales para el interior) y el Opus Verniculatum (de formas diferentes y empleadas para los detalles).
Entre la larga serie de mosaicos de la iglesia son destacables los dos paños que representan en el interior del ábside a los emperadores Justiniano y Teodora, acompañados de sus respectivos séquitos, realizando una ofrenda en el propio templo.
Los dos conjuntos presentan numerosas semejanzas: todas las figuras aparecen mostradas de frente, de pie con los pies dispuestos en V y con miradas bastante penetrantes, pero hay cierta rigidez en ellos, así como un gran hieratismo y un fuerte simbolismo; todos miran al frente. No existe intención de mostrar profundidad ni perspectiva alguna, sustituida en el mosaico de Justiniano por un fondo de color verde y dorado y, en el de Teodora, por una decoración arquitectónica en la que podemos ver una hornacina. En este caso, a la izquierda, una rica cortina parcialmente descorrida deja entrever la ilusión de un espacio posterior, dispuesto en negro. La única perspectiva que se aprecia es la jerárquica, que hace que el personaje principal (Justiniano y Teodora) estén el el centro, en el eje de simetría y ligeramente más elevado o más alto que el resto de personajes. Todas estas características son propias de la plástica bizantina.
Todos los personajes van lujosamente vestidos, en especial los dos personajes principales. Éstos últimos van ataviados con ricos ropajes, que simbolizan su superioridad en la jerarquía bizantina.
A pesar de que en los mosaicos aparecen los retratos oficiales de Justiniano y Teodora, Sabemos fehacientemente que ninguno de ellos visitó jamás la iglesia, porque nunca estuvieron en Ravena (que había sido conquistada por Belisario en el año 540) y, sin embargo, estas son las únicas representaciones que nos han llegado del emperador y su esposa, una especie de "retratos oficiales", con cierta idealización, de casi 1500 años de antigüedad. También se pueden saber quienes son los personajes que acompañan a los emperadores. Justiniano va acompañado por sus personas de confianza: el general Belisario, el banquero Julio Argentario, el obispo Maximiano, la guardia del emperador y otros funcionarios y cargos eclesiásticos.
Los los dos personajes principales. Van ataviados con ricos ropajes, que simbolizan su superioridad en la jerarquía bizantina. Sus clámides son de color púrpura, atributo exclusivo de la dignidad imperial; ambos llevan coronas y sendos nimbos rodean sus cabezas. he aquí una alusión al doble poder del emperador: el terrenal (la corona) y el espiritual (el nimbo), éste en su condición de representante de Dios en la tierra.